Nuestro principal objetivo es muy simple: queremos gobernar pensando en el bienestar público. Es decir, forjar una Costa Rica mejor para todos y dejar un país próspero y con futuro.
Y eso empieza por evaluar rigurosamente la labor de las instituciones y de los empleados públicos porque lo que no se mide, no se puede mejorar. Aprobaremos presupuestos, sí, pero también alcanzaremos objetivos, exigiremos resultados y cumpliremos metas.